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Se espera que la demanda global de servicios de salud visual aumente considerablemente
en las próximas décadas, lo que representará un desafío significativo para los sistemas
sanitarios en todo el mundo, ya que globalmente por lo menos 2.200 millones de personas
padecen deficiencia visual, y de ellas, por lo menos 1.000 millones tienen un defecto visual
lo cual podría haberse evitado o que aún no se ha tratado. Por parte de la OMS, determina
la colaboración con los países para mejorar la prestación de servicios de atención ocular,
en particular a través de la atención primaria de salud. Según datos del Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 2.237.000 personas que padecen
alguna deficiencia visual. Entre las principales como miopía, hipermetropía, astigmatismo y
presbicia, la catarata senil, la degeneración macular, el glaucoma, la retinopatía diabética
y la opacidad corneal.
Las gafas se fabrican con diversos materiales que aportan características específicas a los
armazones. Entre los más comunes se encuentra el acetato de celulosa, un material
popular para monturas plásticas por su flexibilidad y variedad de colores. Los armazones
de metal, como aluminio, acero inoxidable, berilio o titanio, son apreciados por ser ligeros
y duraderos. Otro material utilizado es el TR-90 (material termoplástico), un plástico fuerte
con una textura suave y gomosa, ideal para gafas resistentes.
El uso de materiales reutilizables es fundamental para proteger nuestro entorno y preservar
los recursos naturales. Al optar por productos reciclados o dar una segunda vida a los
materiales, reducimos la cantidad de desechos que llegan a los vertederos y disminuimos
la demanda de materias primas nuevas. |
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